"Escogimos Sudáfrica porqué, para nosotros, el continente africano era totalmente desconocido; hemos conocido otros destinos africanos, pero de la vertiente mediterránea, nunca de aquello que conocemos popularmente como “el África auténtica”. La posibilidad de realizar un safari, para acercarnos al mundo animal más allá de unas rejas, también influyó en nuestra decisión. Sudáfrica es un país con una historia reciente convulsa e interesante, con unos cambios políticos y económicos radicales y con un pasado colonial que ha dejado una huella, sobretodo arquitectónico, que merece la pena de conocer. Es un territorio de contrastes, humanos sobretodo, donde el sustrato africano se mezcla con el cartesianismo más europeo u occidental.
Las excursiones programadas, siempre bien documentadas por nuestra guía, cumplen con creces las expectativas del turista: el cabo de Buena Esperanza, las diversas poblaciones costeras, los viñedos del interior, las ciudades satélite de la capital, Ciudad del Cabo, la cual, aunque su extensión, en ningún momento percibimos que fuera una ciudad fuera del alcance del turista ocasional, como nosotros. El entorno natural más inmediato de Ciudad del Cabo es, probablemente, aquello que cabe destacar: la montaña de la mesa (Table Mountain), la cabeza del león (Head Lion) y el extraordinario jardín botánico son lugares que un visitante no se puede perder; aunque, por supuesto, tampoco lo debe ser una visita al desaparecido distrito sexto, con la consecuente carga emocional que supone debido a la aplicación de las leyes segregacionistas, ni despreciar la oportunidad de perderse por la céntricas calles de la capital en búsqueda de la característica arquitectura colonial, o, finalmente, aprovechar introducirse en el mercado semanal de “Biscuit Mill” y compartir mesa con un revolutum de gentes y razas. La segunda parte de nuestro viaje estuvo dedicada a conocer el entorno más inmediato del parque nacional del Kruguer; el traslado hasta nuestro destino coincidió con la visita a interesantes lugares de una belleza natural singular. Una vez instalados en la reserva privada de Kapama, a primera hora de la mañana y a última de la tarde realizábamos excursiones en un vehículo todoterreno, guiados por agentes de la reserva, para “tropezarnos” con la gran variedad de fauna semisalvaje que reside en el parque y, también, para ir en búsqueda de alguna especie que es más discreta al visitante. De esta manera, pudimos contemplar de cerca (¡de muy cerca!), elefantes, jirafas, búfalos, ñus, antílopes, cebras, rinocerontes, hienas, y hasta un escurridizo leopardo.
En definitiva: Sudáfrica es un magnífico destino para empezar a conocer un poco más este gran continente, cuna de nuestra humanidad, que para muchos es nuestra asignatura pendiente. Y, por supuesto, de la mano de “Aventura África”, con su magnífico equipo profesional y serio, el viaje se convierte en una mezcla de placer y tranquilidad."